Desde el dia de ayer, 9 de diciembre de 2013, la dinastia Castro ha desatado una oleada de secuestros en todo el pais. Desde ayer estoy recibiendo en mi movil llamadas de esposas de disidentes para reportar el secuestro de sus compañeros; Rene Pons, Gerardo Paez (junto a dos de sus amigos) Pablo Camero (paciente VIH), Dagoberto Vergel, son solo algunos de los casos que recuerdo en este momento de disidentes pacificos enviados a calabozos.
Calificamos como secuestro lo que otros llaman arresto porque se nos introduce por la fuerza en un vehiculo, policial o civil, se nos conduce a centros de detencion y se nos niega el derecho a informar a nuestra familia del estado en que nos encontramos, lo que no ocurre con los detenidos comunes; si no hay una orden judicial de arresto, si no estamos cometiendo ningun delito y unos individuos vestidos de civil nos privan de nuestra libertad, entonces no es posible considerar como arresto lo que a todas luces es un secuestro de estado.
Quienes aun no hemos sido secuestrados nos encontramos bajo el asedio de operativos de agentes de la policia politica; Gloria Llopis reportó desde ayer el asedio a su domicilio, en Batabanó; Segundo Rey Cabrera, inmovilizado por un yeso en su pierna desde hace varios meses, permanece rodeado en su domicilio en Santi Spiritus; un sms me anuncia el despliegue en los alrededores de la vivienda de Antonio Rodiles, donde debiamos asistir a un evento por el Dia Mundial de los Derechos Humanos.
Consideramos un suicidio moral para la ONU la inclusion de Cuba en el Consejo de Derechos Humanos.
Jose Alberto Alvarez Bravo, La Habana
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